miércoles, 29 de enero de 2014


CUCUCHUCHO Michoacán y su festividad del

 día de muertos


Cucuchucho (San Pedro Cucuchucho) se localiza en el Municipio Tzintzuntzán del Estado de Michoacán de Ocampo México.
La localidad se encuentra a una mediana altura de 2040 metros sobre el nivel del mar.

La población total de Cucuchucho (San Pedro Cucuchucho) es de 1185 personas, de cuales 582 son masculinos y 603 femeninas.
Hablar de la celebración de Día de muertos es mencionar a Michoacán, uno de los estados más conocidos por su variedad de fiestas. Y al buscar un lugar agradable para presentar esta tradición, llegamos a la cuenca del Lago de Pátzcuaro. Es ahí donde encontramos Cucuchucho, un pequeño pueblo a la orilla de este famoso lago.

LAS CASAS Y SUS HABITANTES

Las viviendas de cucuchucho son sencillas. El adobe y las tejas son los materiales más comunes en la construcción de las casas. Esta característica da un aspecto rustico a las calles del poblado. En este lugar habitan casi dos mil personas que viven de la pesca, y de la elaboración y venta de sus artesanías.  Con el carrizo y el tule elaboran con mucho ingenio los conocidos petates, canastas y diversidad de figuras, tales como angelitos, árboles navideños, animales, que son vendidos en los mercados de Pátzcuaro o Quiroga. Los cucuchenses, alejados de los centros de producción, luchan con firmeza por mantener sus tradiciones.

LA FIESTA DE MUERTOS

En Cucuchucho, la noche del primero de noviembre pertenece a los muertos. Este día los
esfuerzos de la población se concentran en limpiar y arreglar los altares, no tan llenos de cosas como en otras regiones; aun así, no les falta el asombroso atole, los tamales y el típico pan de la época. Los alimentos preferidos por los difuntos están distribuidos de manera ordenada. Las flores de cempasúchil forman radiantes e inmensos ramos. Algunas frutas de temporada complementan la escena. Las veladoras alumbran
los altares desde las primeras horas de la noche hasta la madrugada. En el panteón las mujeres, que son la mayoría, exhiben su traje tradicional conformado por hermosos rebozos, sombrero de ala ancha, coloridos jorongos y cómodas sandalias. Al fondo, el lago descansa en absoluto silencio y forma una bella imagen. Las seis de la mañana es la hora de consumir los alimentos. De manera organizada, cada familia se reúne para compartir los panes y tamales que ya fueron “probados por los espíritus”.
Pocos visitantes llegan a Cucuchucho y por eso el ambiente conserva su tradición.




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